Se referían los griegos antiguos al Kairós para nombrar al tiempo adecuado u oportuno, frente a Cronos, palabra con la cual designaban el tiempo lineal.
La Naturaleza nos muestra de mil maneras que todo tiene su momento, su Kairós, desde las gotas de agua de lluvia, a la oruga que se transforma en mariposa, desde el fruto que madura y cae, al nacimiento de un bebé… Es ese momento preciso en el que lo que estaba oculto se revela, y algo importante sucede, en que alguna situación ya resulta demasiado o demasiado poco, el momento en que mirar a otro lado es sencillamente inviable, en el que seguir en el mismo lugar comienza a ser perjudicial e incómodo.
Es el tiempo de acercarse o de retirarse, de tomar o de soltar, el tiempo de mirar, de atender, de escuchar, de revisar, de reorientar el rumbo o quizás de parar, de hacer y pensar menos y sentir más. Tiempo, en definitiva, para asentar bien los pies sobre la tierra y tomar la fuerza necesaria para continuar desde otro lugar, más acorde con nuestra propia esencia.
Es en esta tesitura donde el cuerpo, ese extraordinario microcosmos que somos, se erige como nuestro mayor aliado y guía infalible, mostrándonos aquella necesidad que emerge y pide ser escuchada y sentida.
Este proyecto tiene que ver mucho con este tiempo de los dioses en el que el Ser eclosiona y demanda su propio espacio, y en la tarea de su cuidado nos brinda un oportuno aprendizaje.
Si tu Kairós así lo ha dispuesto, si gustas, si así lo sientes, estaré encantada de acompañarte.
Ana Álvarez.
Ana Álvarez. Psicología Integrativa.
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